lunes, 11 de mayo de 2009

Idealización e Identificación, Teórico San Isidro

Para dar cuenta de la contribución freudiana a la elucidación de los grupos, hemos tomado como eje central, el concepto de libido y sus distintas mostraciones:

La libido como fundamento psíquico de la socialidad y factor de cohesión en las masas.

La Libido en tanto construcción histórica, filosófica y social, a partir de las concepciones occidentales que heredara el pensamiento psicoanalítico sobre el amor, y bajo el sesgo que éste es el paradigma que hemos heredado y dominamos, que ilumina lo que abordamos y oscurece lo que queda por fuera.

La libido y su versión narcisista, encarnado en el concepto de Idealización, su origen, puesta en marcha, despliegue, vicisitudes asociados al Ideal del Yo, y particularmente en torno al líder, en relación a las masas.

Otra vertiente continuando la profundización sobre la libido, es lo que acertadamente David Nasio dio a llamar, uno de los nombres del amor: la identificación.


Dos ejes subsidiarios que estamos trabajando, ligados con lo anterior son Lo Vincular, en tanto nuevo paradigma en el Psicoanálisis y La identidad, ni concepto ni problema hasta no hace mucho, tradicionalmente ausente en el campo de las Ciencias Sociales, tratada de modo periférico como categoría sociológica y que hoy deviene como interrogante de la indagación psicoanalítica.

La categoría de otro, el reconocimiento de la alteridad, lo representable del otro y lo irrepresentable para el sujeto de ese otro, el espacio intersubjetivo co-habitable por el sujeto y el otro, la marcación en lo que atañe al reconocimiento y pertenencia que oferta el vínculo, y su efecto de subjetivación y otorgamiento de sentido, son variables, entre otras, que analiza la clínica vincular.

También la cuestión del “otro” es constitutiva de la identidad ya que toda identidad es eminentemente social, relacional; se origina, estabiliza, modeliza, modula y declina conjugada a partir y con los otros. Sea ya a la manera de auto-representación auto-asignada, o señuelo, ficción, que nada dice sobre la verdad del Sujeto, o reducida, confundida con el Yo, el sujeto, la singularidad, la identidad se asocia a las identificaciones del yo y las relaciones de éste con el Ideal, en su aspecto prescriptivo y prohibitivo, hallándose regulada por el sistema narcisista entre el sujeto y el grupo.

Las idealización es retomada por Freud recurriendo al fenómeno del enamoramiento caracterizándolo como una masa conformada por dos y en paralelo también con la hipnosis. Este paralelo podemos multiplicarlo por n; la “pareja educativa”, Maestro-discípulo, alumno-docente, por ejemplo, son modelos vinculares posibles.

El enamoramiento parte de la pulsión sexual y una vez alcanzada su descarga, el deseo se extingue. La convicción de que el deseo se reactivará posteriormente, ocasiona la movilización de otro tipo de investidura al objeto, las mociones tiernas. En estos términos, aborda Freud el enamoramiento, enfatizando que afirmamos estar enamorados por las excelencias anímicas que sobreestimamos en el otro, cuando en realidad la verdadera fuente y causa de este “estado alterado del alma” es meramente sexual.

Una reflexión más esclarecedora sobre pulsión sexual directa y pulsiones de meta inhibida, sublimación, es la que hiciera Chopin, compositor polaco del romanticismo, en un fragmento de su carta a una de sus tantas amadas, Delfina Potocka:

Fidelina, mi única, única amada:
Te aburriré de nuevo con mis reflexiones sobre inspiración y creatividad, pero como te habrás dado cuenta, estas reflexiones están directamente ligadas a ti.
He reflexionado largamente sobre la inspiración y la creatividad, y lenta, lentamente descubrí la naturaleza esencial de estos dones.
La inspiración y la creatividad vienen a mí sólo cuando me abstengo de una mujer por un largo período.
Cuando, con pasión, he vaciado mi fluido en una mujer hasta secarme, la inspiración me rehúye y las ideas no avanzan en mi mente. ¡Considera cuán extraño y maravilloso es que las mismas energías que van a fertilizar a una mujer y crear un ser humano puedan destinarse a crear una obra de arte! Y aún un hombre gasta el precioso fluido de la vida por un momento de éxtasis [...]


El objeto de amor puede, por ejemplo, representar para el sujeto una versión superadora de sí mismo. En este caso, la elección objetal es a predominio narcisista.

Canto al Hombre” poema de Alfonsina Storni

Cuando eres como ahora, hermoso y fuerte, yo te amo.
Cuando el viento se doblega para ti, cuando a la tierra tú la rindes yo te amo
Yo te amo por osado, y te amo por heroico, por audaz…
(…)Hermoso varón que tanto presentía y que he soñado
Porque eres MI MEJOR YO, he ahí porque te amo.


No solo las beldades del amado son exaltadas; en el enamoramiento, el espejismo es tal, que vemos estanques de agua donde solo hay desierto, y se transforman en virtudes los defectos y fealdades del objeto de amor.

Soneto XX , de Pablo Neruda

Mi fea eres una castaña despeinada
Mi bella, eres hermosa como el viento
Mi fea de tu boca se pueden hacer dos….
Mi bella, son tus besos frescos como sandías
Mi fea dónde están escondidos tus senos?
Son mínimos como dos copas de trigo
(…) amor, te amo por clara y oscura.


Si al decir de Serrat, “no hay nada más bello que lo que nunca he tenido, nada mas amado, que lo que perdí”, al “hacer cumbre”, adoptando la jerga de los montañistas, cuanto mayor la cima, más estrepitosa la caída. La secuencia enamoramiento-pérdida del objeto de amor-identificación, idealización, es casi obligada. El popular poema veinte, de Neruda “puedo escribir los versos más tristes esta noche…” lo ilustra, si al mismo tiempo consideramos que el escritor era adolescente cuando lo escribió, por lo que los ribetes pasionales y desconsolados estarían aun más acentuados ¿o no? ¿Revestirá las mismas características el enamoramiento en la adolescencia que en la adultez?

Ovidio, poeta romano, aborda el amor como un arte; en este sentido, expresa su época y concordante con la visión pragmática de todo romano, el amor se trata de una destreza, una adquisición que se aprende y entrena. Todas las facetas del amor son atendidas por este poeta. Desde los inicios: sostener y besar con la mirada al amado, rozar como quien no quiere la cosa la mano del otro, no apresurarse en declaraciones abruptas, hacerlo lentamente, con ambigüedad para llegado el caso desandar el camino, relegar las diferencias , reforzar las coincidencias, reconducir los temas a cuestiones del amor.

Las estrategias para el olvido, también considerado un arte, apuntan a un “desenmascaramiento” de la persona amada, que frustró o desechó las buenas intenciones e incondicionalidad del enamorado:

“me alivió el insistir constantemente en los defectos de mi amiga ¡qué feas, me decía, son las piernas de mi amiga( cosa que no era verdad para ser francos)¿Qué enana es!( y no lo era) (…)Oblígala a cantar si no tiene voz; hazla danzar si no sabe mover las manos(…)si tiene fea dentadura, cuéntale cosas que la hagan reír. Sorpréndela sin maquillaje. A menudo, entre tantos adornos, te preguntarás donde está la mujer que amas.”

En cuanto a la identificación, ésta es planteada por 1era vez por Freud, como un “proceso de ilación de pensamiento inconsciente” en una carta a Fliess (1894) en el que le describe una paciente con agorafobia: la paciente en cuestión, tenía una identificación con una prostituta, pero nada sabia de ello; de ahí el síntoma.

David Nasio, introduce este concepto, partiendo de un esquema sencillo. Se trata de dos personas diferentes, A y B, ligadas entre sí por una relación de identificación. La persona A se transformará progresivamente por identificación en B. Conclusión: A adopta los rasgos de B, se identifica con B.

Habla de la subversión freudiana, (expresión que tanto gusta a los psicoanalistas lacanianos repetir), de un modo radicalmente opuesto de plantear la relación identificatoria.

“La identificación, lejos de unir a dos individuos distintas, transformándolo uno en otro, se produce por el contario, en el espacio psíquico de un solo y mismo individuo” Es decir, se mantienen ambos términos y la relación de transformación de uno en función del otro, pero cambia el “espacio” psíquico: del espacio psicológico se pasa al espacio inconsciente, la identificación solo tiene lugar entre dos polos inconscientes, el Yo y el objeto. Se reemplaza la relación intersubjetiva, por la relación intra-psíquica.
Este autor nos propone consensuar el sentido que se le dará a Objeto: no alude a la persona exterior, ni a lo que percibo del otro, sino a la representación inconsciente del otro.

Sea ya la clásica conceptualización de Laplanche y Pontalis, trabajada en prácticos “Proceso psicológico mediante el cual el sujeto asimila un aspecto, propiedad o atributo de otro…”o la de Lagache, “Lo interiorizado no es la imagen de un socius, es la experiencia de una relación interpersonal…”, sea características en un caso, o vínculo, en el otro, lo que se evidencia es que la identificación es un concepto que expresa la integración del otro en el psiquismo individual.

Analizando la obra freudiana, el concepto de identificación no es unívoco ¿cuál lo es?!

Veamos:

a) Es la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva
b) es la forma de elaborar duelos, incorporando el objeto perdido al yo
c) como corolario de lo anterior, es la forma de evitar pérdidas, preservando aquellos objetos amados, deseados y perdidos.
d) en la misma línea, es la forma también de preservar los atributos asignados al objeto investido
e) es la forma de compartir escenas deseadas
f) es una regresión que vuelve de la elección de objeto a la identificación
g) es un lugar psíquico en relación a un vínculo: “soy hija de…”
h) es un lugar de pertenencia: “soy fundadora de…”
i) es apropiación, transformación de lo que no es mío en algo mío y del exterior al interior del psiquismo
j) es investidura del tener cuando se equipara al ser “soy dueño de…”
k) es mecanismo, proceso, resultado
h) es la forma por excelencia de de subjetivación, como su contrapartida, de alineación

Y podemos continuar recorriendo los polifacéticos sentidos de la identificación desglosando la riqueza y amplitud de este concepto

Si planteamos al grupo como pantalla de proyección y difracción del grupo interno de cada uno de los miembros, siendo entonces un lugar donde los otros operan a modo de modelos, apoyos, enunciados identificatorios, podemos concluir que el pequeño grupo es un espacio identificatorio por excelencia, soporte y productor de nuevas identificaciones.

En la masa, si el andamiaje que sostiene la cohesión social parte de la idealización y se apuntala en identificaciones recíprocas, efímeras, puntuales, deberá distinguirse de que masa estamos hablando: ¿muchedumbres, instituciones organizadas, grupos ortodoxos? La identificación, en cada caso: viene de la mano de la subjetivación o la alineación?

Sino deberíamos concluir con Sabina: “y lo nuestro duró, lo que dura dos peces de hielo en un whisky on the rock…”



LIC. CINTIA GISELA ROLON

domingo, 10 de mayo de 2009

Masas y medios de comunicación, por la Prof. Gisela Iannaci



Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud, nació en Viena el 22 de Noviembre de 1892. Se estableció en EE.UU durante su niñez y a pesar de que se graduó en agricultura, su real interés se vio focalizado en las comunicaciones. Edward, seducido por los escritos de Trotter y Le Bon sobre "Masas", estudió la teoría Freudiana y encontró fundamentos para desarrollar un método para el manejo de las masas con un fin determinado: "el consumo”.

Freud explica las causas que determinan el comportamiento de los individuos al verse inmersos en una masa psicológica, para esto incluye la idea de Identificación y de Liderazgo vinculada al Yo y al ideal del Yo de cada uno de los sujetos que la componen. Extiende el conocimiento contemporáneo que solo explicaba dichos fenómenos con teorías tales como la sugestión, el contagio o la inducción primaria de afecto. Luego de la primera guerra mundial estos conocimientos se utilizarán como herramientas teóricas para la reconstrucción de métodos manipulatorios, que permitirán su aplicación al control de masas en tiempos de paz y bajo un entorno democrático. En su famoso libro “Propaganda”, Bernays declaró que una característica importante de la democracia era la manipulación de la mente a través de los medios y la publicidad.

La visión originaria del marketing focalizaba la promoción de los productos basándose en la necesidad o utilidad. Este nuevo paradigma incluye los conocimientos sobre el inconsciente (la manipulación del deseo) lo que facilita la colocación de los productos generados a pesar de su (a veces inexistente) utilidad.
Hoy Bernays es poco conocido, sin embargo ha tenido una gran importancia en la primera etapa del siglo XX. Este video nos muestra la semilla de lo que vemos hoy en día en la sociedad moderna. Los medios masivos de comunicación manipulan nuestra identidad a través de la exhibición de un modelo ideal que sirve a los fines de las necesidades de consumo que las grandes corporaciones precisan coyunturalmente.

Lic. Gisela Iannaci

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