viernes, 3 de abril de 2009

TEÓRICO 1 , S.ISIDRO, 25/3/ 2009.

INTRODUCCIÓN
Si nombrar da existencia a las cosas ¿Qué sucede cuando no hay palabra que nombre? ¿Significa que las cosas no existen?
Rastreando la etimología del término grupo, Anzieu, psicoanalista de grupos francés, destaca que en las lenguas nativas no existía vocablo alguno para denominar asociación de personas que comparten un objetivo común. Como reunión de personas asociados por algo común recién aparece en el siglo SXVIII, en el momento de constitución de la subjetividad moderna.
Semejante al concepto de niño, ausente en la sociedad feudal, cuya construcción fue tardía.
Por lo tanto, ¿No había niños o grupos humanos cuando siglos atrás no se disponían de vocablos para denominarlos?
Grupo deriva del italiano “Groppo scultórico”, conjunto de personas esculpidas o pintadas. Esta expresión, “Groppo scultórico” aparece por vez primera cuando las esculturas pasaron del Medioevo (que se hallaban integradas a los edificios) a independizarse de los mismos, asentándose en plazas y atrios en el Renacimiento, de modo tal que para observarlas debía hacérselo en ronda o círculo (groppo alude a círculo y a nudo)
En esta línea, desde nuestro contexto social, cotidiano, un artículo reciente de la Nación retoma una conferencia dada en el VII Congreso Psicoanalítico Argentino, en el 2008, en Córdoba.
El Titular dice: “Ignorar al otro, un signo de estos tiempos”, expertos en salud mental debaten sobre las razones que llevan a los argentinos a olvidar que LOS OTROS… ¡SON PERSONAS!
Algunas apreciaciones del artículo:
El otro, el semejante, el prójimo, aparece desdibujado como si sus fronteras fueran invisibles…
Los vínculos tienden a hacerse cada vez más instrumentales,
El otro pierde su carácter de semejante para convertirse en cliente, rival, o sencillamente un instrumento para obtener algo….
Un apartado del artículo, sintetiza: individualismo extremo.
Ausencia del vocablo para denominar grupo, en el lenguaje; ausencia de la existencia del semejante, el otro no existe, es transparente, desde lo social.
Y ausencia de formación académica en teoría y técnica en grupos, en las facultades de psicología en la actualidad.
L a carrera de Psicología tiene una única materia de Grupos, introductoria, cuatrimestral en sus cinco años de Licenciatura. Se asocia en contenidos curriculares a Psicología Social que la precede y a Psicología Institucional que la sigue.
En los últimos años, tanto en la UBA como en otras universidades del país, se fue desalojando esta materia en la formación del psicólogo, pasando de ser anual a cuatrimestral, inclusive, de cursarse finalizando 4to o 5to año pasó a ser ubicada en el 2do año, con las dificultades que esto acarrea por la complejidad que supone la conceptualización y técnica de grupos.
Generaciones de psicólogos recibiéndose sin formación en grupos, aun cuando en el mercado laboral proliferan las propuestas y dispositivos grupales de toda índole, demandas de espacios grupales, territorios profesionales a ocupar.
Partimos del vacío para poder, a partir de la nada, engendrar sentidos. Este primer teórico empieza siendo una página en blanco que habrá que escribir….
N o necesariamente responde a lo mismo este vacío de contenido académico en la facultad, con que históricamente no hubo vocablo alguno para denominar grupos, con la inexistencia o transparencia contemporánea del Otro.
Puntualizo: desde lo académico, queda excluida en la preparación teórica y práctica del psicólogo que ejercerá su profesión (ligada al ser humano, a su comportamiento, a la salud mental, al sufrimiento psíquico, al inconsciente; el objeto de estudio de la psicología no es unívoco) la obviedad que los grupos existen. Son un hecho, conforman una realidad específica. Nos conformamos en y por los grupos. Nacemos en grupo, crecemos en grupos, vivimos en ellos, junto a otros, gracias y a pesar de otros, nos vinculamos permanentemente. Nuestra subjetividad se construye a partir de lo grupal, en la intersubjetividad. Lo social es texto de subjetividad, desde la perspectiva del psicoanálisis.
Anzieu dirá que el grupo evoca el peligro de la pulsión, entraña deseos, fantasías, prohibiciones que en los grupos vamos a buscar o intentamos satisfacer. Históricamente, sectas, logias, reunidas en secreto, muchedumbres haciendo público su malestar, han sido objetos de persecución o censura. En la dictadura en la Argentina, del 76 al 83, se prohibió la reunión de hasta tres personas juntas; el solo hecho de agruparse era delictivo.
En los círculos académicos, convengamos que los objetos de estudio se erigen de acuerdo a imperativos de la época en los que se intenta dar respuesta a determinados interrogantes. O bien, con la caída de paradigmas científicos, se reformulan otros: estrictamente hablando, la teorización y práctica de grupos fue resultado de una determinada demanda social, en vísperas de la 2da guerra mundial.
Empieza en relación a la antinomia individuo-sociedad en el siglo XIX, con la polémica entre el sociólogo Durkheim y Tarde, nominalismo-realismo; continúa a fines del siglo XIX y principios del XX, con el apogeo de movimientos de masas, en búsqueda de logros sociales, (el anarquismo, el 1ero de mayo, el socialismo), con teorizaciones en relación a la masa, como veremos en Freud y otros autores.
Y finalmente con la creación de la psicología social nace una disciplina articuladora en lo individual y lo colectivo, de la mano, de pedidos de respuesta sobre que son los grupos, como se construyen, ofertar curas posibles, capacitaciones, por medio de la reflexión, la creación de técnicas y de dispositivos grupales.
Por ello, de mediados del 50, hasta el 70, inclusive, hubo en el medio psicoanalítico argentino un gran apogeo de prácticas grupales, con la respectiva reflexión teórica. En el 70, el contexto argentino político con la represión militar y la estricta prohibición de las asociaciones grupales estimuló, posiblemente a partir de la prohibición, su producción.
Pichón Riviere, el mayor representante en la Argentina y otros tales, como León Grinberg, Marie Langer, Armando Bauleo, Juan Carlos De Brassi, Marcos Bernard, Isidoro Berenstein, Janine Puget.
Cabe destacar, asimismo, que aun dentro del mismo círculo psicoanalítico, el ejercicio y teoría en relación a los grupos ha sido altamente desestimada, particularmente por la escuela psicoanalítica francesa. El debate se centra si configura o no el “grupo”, un objeto de estudio pasible de ser abordado por el psicoanálisis. Ello se infiltra en nuestra facultad con el apogeo de Lacan en la década del 80 en nuestra institución, (entiendo que hasta la actualidad) con la fuerte impronta psicoanalítica lacaniana, desde la clínica individual que oferta esta institución.
¿Qué estatuto tiene el otro, el semejante?, Qué estatuto tiene el vínculo en la posmodernidad?
Pareciera haber una correlación directa (y paradójica también) entre el sólido narcisismo social, (individualismo extremo simplifica el diario) y aun así, una proliferación de todo tipo de dispositivos grupales, tales como talleres, grupos de reflexión, capacitación en empresas, en colegios, grupos artísticos autogestivos, etc. Y en la era de Internet se multiplican los contactos, las comunidades virtuales, los blogs, el foto log ¿es esto hablar de lo mismo que vínculos y grupos?
Esta materia recorre distintas perspectivas ligadas tanto a la pregunta óntica ¿Qué es un grupo? y la epistémica, a saber, ¿Cómo se fue construyendo el conocimiento en relación a los grupos?
Grupos por un lado y lo grupal por otro, términos no coincidentes, por cierto.
Un articulador conceptual por excelencia en la cursada, es la tesis de doctorado de Romero que trabajarán en prácticos. Consiste en una propuesta para definir el grupo como objeto de estudio y como concepto, planteada en términos de Modelo, (M.OF.A) en el cual aparecen volcados todos los conceptos que atañen a los pequeños grupos, por él seleccionados.
¿Qué son los grupos?
Hay tantas definiciones como autores y marcos referenciales que los abordan. Una advertencia: no es el propósito de la cursada, la memorización de definiciones ni congelar sentidos. Si se plantea como objetivo, por cada autor que define grupo, poder rastrear que concepción de sujeto encierra, lo que conlleva también a que tipo de práctica sostiene, que interrogantes intenta responder , cuales han sido las condiciones sociales, históricas, intelectuales de su producción teórica, que nuevas reflexiones abre y que limitaciones tiene su propuesta.
En “Poética del Vacío “de Hugo Mujica, reflexiona:
“Hay palabras que cubren lo que nombran, lo identifican a ella: son la lápida de la identidad. No nombran, amordazan…otras desnudan lo nombrado; ahondan lo que nombran, piensan: ahondan nombrando”.
Lápida de la identidad si congelamos definiciones, estribillos, ideas; ahondar nombrando, en cambio supone un ejercicio del pensamiento reflexivo y crítico.
Escena 1
Una pareja concurre a terapia, en la serie “In Treatment”. Esta serie nace de “Be tipul” creada en Israel y recreada por el director de cine, Rodrigo García, talentoso hijo de Gabo García Márquez.
¿A quién escucha el terapeuta? ¿ Al que monopoliza la sesión, al que se queja más, a cada uno, sucesivamente? Esta pareja ¿conforma un grupo o no? ¿Quién o quiénes son los pacientes? ¿El más ofuscado, el que mayor transferencia positiva despliega con el terapeuta, el marido, la esposa…?
¿Qué se escucha desde el lugar del terapeuta? ¿Lo que dicen, como lo dicen, lo que grita solo uno, lo que calla el otro, el argumento más impactante, las emociones enredadas, el síntoma, la demanda, en singular, en plural?
El paciente es la pareja; Ni uno ni el otro, sino el tercero que conforman juntos que se llama pareja. Se escucha el vínculo, los engarces, buenos, malos, estereotipados, o no, alianzas, pactos, acuerdos, lo que vincula o desvincula a ambos; ni uno ni lo otro, sino simultáneamente lo uno y lo otro. La pareja conforman un grupo.
Otro tanto podríamos plantearlo en caso de entrevistas familiares o terapia familiar que no es lo mismo.
Escena 2
Un psicólogo atiende ocho pacientes de afecciones diversas, (depresión, ataques de pánico, etc.), en una institución psiquiátrica, en el contexto de hospital de día. Las instituciones psiquiátricas abaratan costos y tiempo, de esta forma y el psicólogo, abarata calidad de atención desplegando su absoluta ignominia respecto a la técnica de grupos e insensibilidad por cada uno de los presentes. Interroga uno a uno, por vez; cada paciente espera su turno para hablar. Se conforma una suerte de soliloquio, junto a otros, entrevistas individuales pero en co-presencia. Monólogo colectivo, dirían los psicopedagogos aludiendo al momento evolutivo del juego infantil, en el que los niños de 2 años, juegan junto a otros pero no con otros. Se trata pues de una ficción terapéutica. Pero no es grupo terapéutico.
Tal vez uno de los puntos que hay en común en ambos ejemplos, (además de varias variables en las que no me detendré), es el desconocimiento en cuanto a poder distinguir cuando hay grupo y cuando no lo hay. Alude directamente a la conceptualización de grupo, que procesos, mecanismos, dinámicas. ¿De cuales categorías conceptuales debemos valernos para definir grupo como concepto y en función de ello, delinear la intervención terapéutica?
¿Hay grupo?, ¿no hay grupo? Puede ser una falacia plantearlo así. En todo caso el grupo se va construyendo, va siendo.
Un paralelo con la génesis del yo es válido para pensar la constitución de los grupos, el pasaje del agregado al grupo, ya que el yo no está desde el vamos, sino que se construye. Un nuevo acto psíquico tiene lugar a partir del cual se pasa del autoerotismo al narcisismo y allí adviene el yo. No hay nada semejante al yo en el inicio.
Freud establece versiones diferentes y hasta antinómicas del concepto del Yo. En “Proyecto para neurólogos “y algunos párrafos de “El Yo y el Ello”, lo homologa al Yo de la filosofía clásica y la psicología tradicional. Es el Yo cartesiano, el Yo de la conciencia y el conocimiento, con funciones a aplicar (memoria, atención, percepción, control de la motilidad y pensamiento) según las circunstancias. Es el Yo-Función
El mismo Freud en “Introducción del Narcisismo” plantea un Yo diferente, asimilable a la concepción de la filosofía oriental, que plantea el Yo en términos de engaño, ilusión, mero acto de imaginación. ; el Yo es un nuevo acto psíquico, tomado como objeto de amor, un Yo catectizable, libidinizable y por lo tanto sexual, que adviene en un momento lógico, posterior, por identificación. En “El Yo y el Ello”, postula al Yo como un entrecruzamiento de identificaciones que lo sobre determinan. Yo placer purificado en términos freudianos, Yo Ideal según la distinción que hiciera Lagache, Yo-Representación, configurado en términos de unidad imaginaria.
En el inicio tampoco hay nada semejante a un grupo; un observador inexperto, un sociólogo, incluso, un psicólogo, ¿porque no? podría determinar que está frente a un grupo cuando en realidad solo se trata de reunión de personas, agregado de individuos, suma de personas con una tarea en común…pero no grupo.
Pero ¿que nuevo acto psíquico debe agregarse parafraseando a Freud, para que se constituya un grupo? Siguiendo el paralelo con la génesis del yo, evidentemente lo libidinal debe introducirse. Cada quien, que conforma ese agregado o reunión de personas catectizará a esos otros y al hacerlo, irá construyendo paulatinamente una representación interna de ellos en términos de conjunto, de totalidad: uno más uno, más otro, más algunos, más el resto y finalmente todos. Esa libidinización operará bajo la modalidad de catexis narcisista, en función de lo que hay en común, (o creo al menos que hay en común con el otro), de las semejanzas. Lo que se pone en juego, se trata de libido narcisista. Recordarán que Freud no plantea una teoría monista de la libido, sino que distinguió dos modos de catexis, la libido yoica o narcisista y la libido objetal.
La familia es la primera representación interna de grupo que se inscribe en el psiquismo del sujeto y se reactualiza en el aquí y ahora en todos los grupos en los que el sujeto irá participando. Esto lo trabajarán en prácticos en términos de criterio intrasubjetivo, por la razón que es una operación intrapsíquica, singular, que tiene lugar dentro del sujeto. Que posibilidad, deseo, necesidad, (o como prefieran llamarlo) tiene cada uno de investir a esos otros, hasta conformarlos como un todo que será internalizado como tal y derivará en grupo interno.
Y esa representación interna de grupo asume las mismas características que el yo ideal: es una totalidad unitaria imaginaria e ilusoria. Ficción de unidad que solo el aporte narcisista puede crear.
Esto es una simple introducción sobre la constitución de los grupos pequeños, al trabajar Freud veremos que otro tanto sucede en la conformación de las masas.
En el modelo de Romero quedan planteadas dos escenas grupales: orden de lo determinado llamada escena uno, que es observable, manifiesta y otra, la escena dos, latente, que determina la primera.
Escena 3
Del director polaco, Laszlo Martok, el film “Bajo la mesa” de 1960.
“La historia del film se desarrolla durante una cena…” “En la parte superior de la pantalla, sobre la mesa, suceden hechos evidentes, racionales, diurnos,… “ “los personajes dialogan…el vestuario, discurso, maquillaje iluminación son groseramente naturalistas”…
”Mientras tanto, en la parte inferior de la pantalla, se nos presentan sucesos oscuros, pasionales, nocturnos que acaso desmientan lo que se dice en el distrito superior”… “los personajes se mueven guiados por impulsos, actos provenientes de fuentes irracionales…” “la temporalidad al inicio organizada en forma simultánea en ambos foros, acaba por quebrarse y fluye en distintas direcciones; debajo de la mesa se ven piernas de alguien que no llegó, cerca del final, la mitad inferior muestra la infancia de los personajes, con guardapolvos, pantalones cortos...”
“Finalmente la dualidad de códigos es percibida no solo por los espectadores, sino también por los personajes…”
“En el sorprendente desenlace, el mozo retira la mesa y desaparecen las fronteras entre conciencia y subconsciencia, los rincones más secretos del alma reciben una luz repentina…” “…el estudiante formula la misma pregunta dos veces, primero arriba, después abajo.”
“La censura resolvió prohibir la mitad inferior, la parte de arriba se estrenó en el cine Ocean y fue un éxito comercial… quedó una película diurna, realista, convencional y finita.”
Espacio real y espacio virtual, dos legalidades temporales, dos sistemas de códigos distintos, dos escenas que coexisten pero con distinta trama. Metafóricamente aludo a la clásica y consabida división freudiana: consciente,-inconsciente, dos tipos de funcionamiento mental y legalidades psíquicas que conviven en un mismo grupo.
A las nombradas, se suma una cuarta ausencia: la cinematográfica, dado que esta película no existe, es solo una travesura literaria de Alejandro Dolina.








Freud
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Ezriel
Bion
Anzieu
Piera Aulagner
Kaes















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